En las obras de este escultor sevillano se reflejan estilos muy dispares · Rectas y curvas son las protagonistas de sus piezas, en las que combina piedra, madera y metal.
Isabel Sánchez 
El escultor Raúl Pérez.
La pasión de este artista sevillano es dar forma a sus diseños en unas obras que pronto verán la luz para llegar al gran público. Las creaciones de Raúl son el reflejo de un peculiar modo de ver la realidad. Una visión que interpreta y reproduce a través del arte, siguiendo dos líneas básicas. "Una representa el día, el trabajo, la seriedad. Predomina la arista, lo lineal, simboliza lo artificial creado por el hombre. La noche es engañosa, se corresponde con el lado orgánico. Todo son curvas sinuosas talladas en el mármol". Éstos son los dos mundos antagónicos entre los que viaja el artista. Dos estilos muy diferentes que encuentran en sus manos un punto de inflexión. "Entre esa noche y día hay un momento de ocaso. Un encuentro especial que tiene lugar en lo figurativo, donde represento a la figura humana". Este gusto por la fusión se observa también en los materiales de sus esculturas. "Me muevo entre piedras, barros y metales. Me gusta combinar distintas texturas y materias en una misma obra". Desde el viernes, el Hotel Alcora exhibirá un adelanto de su obra, que se dará a conocer el próximo otoño en una exposición de piezas exclusivas que gira en torno a una peculiar representación de la fertilidad y la fecundidad. "Me interesa mucho ver las reacciones de la gente y su forma de interactuar con mis figuras. No son formas obscenas. Se acerca a la figuración rozando lo abstracto, invitando al espectador a interpretarlas por él mismo".
